Los inicios del cine vasco

La historia del cine vasco arranca prácticamente en los albores del séptimo arte. Hacemos un corto pero intenso viaje a los comienzos del cine de nuestra tierra.

El 28 de diciembre de 1895 nacía el llamado Séptimo Arte. Los hermanos Lumière proyectaron en el Grand Café de París la primera película de la historia. Quienes asistieron al evento disfrutaron de una serie de escenas comunes. Situaciones normales y rutinarias de no ser porque estaban capturadas y presentadas en movimiento por una máquina. Era cuestión de tiempo que aquel invento se convirtiese en una atracción multitudinaria. En poco tiempo, los padres del arte cinematrográfico recorrieron medio mundo para dar a conocer su invento. Todo el mundo se quedó prendado ante aquella novedad.  Desde entonces, la historia de la humanidad ha quedado capturada para siempre gracias al sueño de los hermanos Lumière.

Durante sus primeros pasos, el cine no eran más que pequeñas escenas  de  la sociedad. Romerías, fiestas y toda clase de escenas que servían tanto como objeto de ocio como testigo en el tiempo de una época pasada. Con su popularización los cineastas entendieron el potencial que había en el desarrollo de la ficción cinematográfica. Aún sin sonido, el cine dejó su enfoque documental para pasar a ser objeto de la fantasía.  Millones de personas de todas las edades llenaron los cines para disfrutar de toda clase de aventuras animadas. Nacieron las primeras estrellas del firmamento cinematográfico. Rodolfo Valentino, Louise Brooks, Charles Chaplin o Buster Keaton son algunas de ellas. Se crea una industria alrededor del cine. Ésta encuentra en Estados Unidos, más concretamente en Hollywood un sitio en el que construir su plaza fuerte. Más tarde se le conocería como la meca del cine.

Los primeros pasos

Pero el cine no es sólo un producto americano.  El cine es un elemento cultural global. Existen creadores/as cinematográficos en todos los rincones de nuestro planeta. Euskadi no es una excepción. La historia del cine vasco se extiende a lo largo de los últimos 120 años.  Entre 1896 y la década de 1910, los Lumière o Fructuós Gelabert ya realizaron múltiples grabaciones y documentales sobre las costumbres y la sociedad vasca. Si nos acercamos a los fondos de la Filmoteca Vasca encontraremos  auténticas joyas de aquellos tiempos como la película Irún o unas escenas del partido que inauguró el campo de San Mamés. Piezas que ya cuentan con más de un siglo de antigüedad.

Actriz Arantxa Rentería
La actriz Arantxa Rentería en la III Semana de Cine Vasco (Finales de febrero de 1987)

No tardarían en llegar  las primeras películas. Telesforo Gil García dirigió en 1924  ‘Edurne, modista bilbaína’, la que durante mucho tiempo ostentó el título de primer largometraje vasco. Título no merecido puesto que 9 años antes el francés Louis Feuillade, director de la conocida ‘Fantomas’ dirigió  ‘Un drame au Pays Basque’. Pese a ello, la película obtuvo un éxito rotundo. Fue todo un taquillazo según recogen los medios de la época.  Recaudó cinco veces más que su presupuesto. La única copia que existía fue viajando de cine en cine sufriendo un deterioro considerable. Por desgracia, no se conserva ninguna copia de ‘Edurne, la modista bilbaína’ aunque sí existen copias del guión.

Una película maldita

Otro éxito de aquellos primeros momentos del cine vasco fue ‘El mayorazgo de Basterretxe’. Producida y dirigida por los hermanos Mauro y Victor Azkona en 1928, este largometraje insonoro de apenas 53 minutos guarda un montón de historias y curiosidades. En ella se vio por primera vez una ikurriña en la gran pantalla, algo que no gustó al Gobierno de la época. El Gobernador al leer el guión y descubrir aquella escena decidió prohibirla. No fue el único impedimento que puso. Pocos días después y ya con el rodaje en marcha, el elenco de actores, actrices y extras de la película se pasearon por diversos rincones de Bilbao con vestidos tradicionales. Esto llegó a oídos del Gobernador, el cuál inmediatamente publicó un aviso en  prensa prohibiendo las manifestaciones folklóricas sin consentimiento previo.

Pese a todo, los hermanos Azkona pudieron completar su trabajo. Quisieron realizar una obra cinematográfica que reflejase el auténtico espíritu vasco. Los folletos publicitarios del film recogían con orgullo que todo en la película tenía origen vasco.  Fue una oda a la cultura y al folklore de nuestra tierra. El 19 de diciembre de 1928 se estrenó ‘El mayorazgo de los Basterretxe’. Pese a  conquistar al público y a la prensa, su éxito no fue suficiente para amortizar sus gastos.  La película no llenó recintos más allá de Euskadi. ¿El motivo? La evolución. Por aquellos días, el cine sonoro daba sus primeros pasos. Aquel adelanto tecnológico mató al cine mudo, perjudicando al trabajo de los hermanos Azkona.

Pese a ello, ‘El mayorazgo…’ se convirtió en un referente del cine vasco. 50 años después de su estreno se celebró un reestreno al cual acudieron Victor Azkona y varios actores y actrices de la película. Mauro, el hermano de Víctor y codirector de la cinta no puedo asistir ya que desde el final de la guerra residía en la antigua Unión Soviética.  Como última curiosidad, algunas escenas de este film se usaron dentro de la famosa ‘La pelota Vasca’ del director vasco Julio Medem.

La historia continúa

Gracias a personas como Telesforo Gil, los Azkona o el mencionado Feuillade se crearon las bases del cine vasco. Un cine que ha servido para relatar en primera persona las tradiciones y los contextos históricos de nuestra tierra. Un cine a veces complejo y a veces abierto para todos los públicos. Un cine que a lo largo de los últimos años ha consagrado apellidos como Erice, Sojo, Uribe, De la Iglesia, Bajo Ulloa o Cobeaga. Cineastas que en el último medio siglo han firmado algunas de las películas más exitosas del panorama nacional.

Pero Euskadi también ha sido y es cantera de grandes intérpretes. Bárbara Goenaga o Unax Ugalde, Terele Pavez o Álex Angulo,  Anabel Alonso o Iñaki Miramon son sólo algunos ejemplos de las grandes estrellas del firmamento artístico vasco. Un firmamento que desde 1985 tiene una cita en Vitoria-Gasteiz. Cada mes de febrero, la Semana del Cine Vasco ofrece a la sociedad vitoriana una selección de las mejores películas firmadas por autores vascos en el último año. La muestra, organizada desde sus inicios por la Fundación Vital, busca promocionar el cine de nuestra tierra, reconociéndolo además con varios premios. El primero, el que la propia organización otorga cada año a una figura alavesa.  Quienes asisten durante esos días a las proyecciones tienen voz y voto para votar al mejor cortometraje y largometraje que se proyecte en dicha edición. Una gala de clausura recoge cada año el momento de la entrega de premios, así como la proyección de los últimos trabajos.

Las fotografías de este artículo forman parte del fondo documental de la Fundación Sancho el Sabio.

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